domingo, 1 de noviembre de 2020

Virtudes

 A mi abuela su nombre le viene como anillo al dedo. Realmente, es una de las personas que conozco en este mundo que más virtudes tiene (o tenía). Ella lo ha dado todo por la familia y ha trabajado duro durante toda su vida. 

Es una persona, como tantas otras de su generación, que ha vivido en tiempos de guerra, de hambre, que ha emigrado con su familia en busca de una vida mejor, que ha trabajado duro, que ha cuidado de su marido enfermo de cáncer y de sus nietos; y sin embargo, ahora, no se le ha dado el trato merecido en el hospital. 

No se pueden hacer diagnósticos diferentes, ni dejarla tres días de agonía de dolor en casa antes de finalmente mandar ingresarla, mandarla a operar a un hospital (La Asunción de Tolosa) en el que no operan porque está confinado debido al hecho de que la mitad de los médicos están contagiaos, no dejar que ni siquiera un acompañante estuviera con ella en la habitación (finalmente tras dos días accedieron porque mi familia insistió que era inhumano), recetarle medicamentos a los que es alérgica y a los días de estar ingresada, volverla a mandar a casa con dolor y sin que pueda caminar. 

Todo esto indica una clarísima falta de consideración y humanidad. Parece un desprecio a los ancianos.

Actualmente ella es como un bebé que pesa muchísimo al que no se puede asistir. Ella necesita asistencia médica. Pero está en casa dolorida y sin poder moverse. Lo peor es que imagino  que esto le está sucediendo a mucha gente de su generación o a mucha gente que tiene otras dolencias y enfermedades que no son la covid-19. Y esto tampoco es justo. 

Son tiempos difíciles y sigo pensando que los sanitarios y científicos son los héroes de la sociedad. No quiero que se deje de lado a los enfermos de covid ( y comprendo que se atienda a los casos más graves ). No quiero criticar a los sanitarios que bastante hacen, más bien me quiero meter más con los de arriba. Ellos son los que deben buscar la manera de gestionar y repartir los recursos y no discriminar por edad o enfermedad, puesto que todo el mundo se merece vivir con dignidad. 

sábado, 20 de junio de 2020

El precio a pagar

Esta publicación es más personal. Hacía ya tiempo que no me daba por escribir sobre sentimientos propios. Pero la morriña siempre está presente en mi vida, y hay días que lo está mucho más. De todas formas, tampoco creo que mucha gente vaya a leer esto. Por no decir nadie. Escribo por amor al arte aunque mi fracaso laboral es evidente ...

Estoy muy agradecida a la vida por haber conocido al que considero mi marido y no quiero perderle por nada en el mundo. Soy afortunada porque no hay nada más importante que poder estar al lado de alguien que quieres. Incluso si has fracasado laboralmente. Pero la vida te da y la vida te quita. No quiero que esta reflexión vaya en mi contra y pierda a "mi marido". Estoy segura que si volviera a mi casa/país sin él, yo sería muy desgraciada. Y en el fondo también doy gracias porque todo el mundo está bien, no le ha pasado nada a mis familiares y amigos. Así que en ese aspecto, soy afortunada.

Sin embargo, me duele que las circunstancias seas estas, que las cosas sean tan complicadas y que el precio que tenga que pagar por amor a mi marido sea tan alto. Llevo mucho tiempo sintiéndome culpable. Es una mochila que pesa mucho. Vivo demasiado lejos y no siempre puedo ayudar a mi familia y amigos porque no siempre se puede ayudar con las palabras. Y me pierdo cosas. Me pierdo ver San Sebastián, me pierdo ver esa costa y esos montes. He perdido alguna boda importante. He perdido ver la barriguita de mi hermana. Y probablemente me perderé el nacimiento de la niña. He perdido poder visitar a mi abuela que todo lo merece. Ayudar a los tíos que siempre están con ella. He perdido poder estar cerca para mi madre, Martín y Vanessa. He perdido el ver con frecuencia a mis amigas y que sepan que me tienen cerca si lo necesitan. Y así, sucesivamente.

Quizás pronto vuelva y estas palabras se queden en sólo palabras. Pero por el momento, el precio a pagar es caro. Y el covid-19 todo lo ha empeorado. Otra crisis económica empieza. ¿Y ahora quién vuelve o convence a mi marido para volver si ya antes tenía miedo? ¿Y para cuándo se podrá viajar internacionalmente? ¿y será seguro viajar?  La incertidumbre acecha y la mochila cada vez pesa más.

lunes, 8 de junio de 2020

No puedo respirar

Sabemos que estas fueros las palabras de George Floyd mientras era abatido por cuatro agentes por unos míseros 20 dólares falsos.

Afortunadamente, en mi caso este títutlo es sólo una metáfora. Sin embargo, hay una ingente cantidad de sucesos que pueden quitarnos la respiración durante unos segundos. Son todas las injusticias que presenciamos día a día. George Floyd no es la única víctima. El racismo está latente en todo el mundo desde siempre, y ha estallado ahora gracias a las nuevas tecnologías y las redes sociales.

Hoy en una cosa y mañana es otra. Hay infinitos casos de discriminación, bien sea por raza, o por sexo o por un millón de razones más. Somos todos humanos pero paradójicamente no hay humanidad. Sólo cabe concienciar.

Y educar para todo tipo de igualdad. No hay nadie superior a nadie. Sin educación, seguiremos sin poder respirar.

domingo, 3 de mayo de 2020

Una página web recomendable

Para los amantes de la fotografía, el periodismo y la literatura, esta es una web recomendable. Su autora es una gran amiga y persona. Disfruten de su gran estilo periodístico:


https://corazondeleon.es/

viernes, 20 de marzo de 2020

Tomemos ejemplo y tengamos un gobierno solidario

Los casos de afectados por el COVID-19 van en aumento, en Europa en especial, y en España en particular. El personal sanitario empieza a desfallecer y ya ha fallecido una enfermera. Parece que los EPI para proteger al personal sanitario escasean. Que a los ancianos a veces no se les puede atender en los hospitales por falta de espacio y de respiradores. La situación se va de las manos. Hablo de Espana pero esto se podría aplicar para Italia también.

España no es el primer país que ha padecido este incremento de contagiados en unos días. Primero fue China y le siguió Corea del Sur. Ambos han podido frenar el número de contagios. Corea del Sur tiene aproximadamente 50 millones de habitantes y ha sido capaz de parar los contagios. En Corea del Sur si alguien está enfermo, se investiga, se va preguntando uno por uno a los enfermos y sus más allegados para ver con quién  y dónde han estado en los últimos días para llevar a cabo una verdadera cuarentena con ese grupo de personas. Se van haciendo pruebas in situ porque disponen de los kits para realizar tests. Tienen una aplicación en el móvil que te indica si por donde  estás pasando ha pasado un infectado antes. Pero también han llevado un encierro más estricto que el de España si cabe. Y no hacen tonterías, saliendo cuando no se debe salir. El gobierno debería hablar con expertos que conocen cómo ha actuado Corea del Sur, que investiguen cómo lo han hecho, que conversen con sus mandatarios y tomen ejemplo. De nada sirve estar en casa para algunos, si el número de casos va en aumento. De nada sirve que la gente se quede en casa y acabe tarumba.

Necesitamos kit de tests y necesitamos material de protección para los trabajadores que no pueden trabajar desde casa, en especial para los sanitarios. Sabemos que para todo esto se necesitan recursos y una economía consolidada. Pero España todavía dispone de los recursos económicos para paliar la situación. Se pueden utilizar una gran parte de todos esos presupuestos dedicados a la monarquía. O esos sobresueldos a nuestros políticos y empresarios importantes y multimillonarios. Que haya solidaridad por parte de aquellos que más tienen.

Es hora de pensar en aquellos que exponen sus vidas como todos los trabajadores de hospitales y centros médicos. Pero también de aquellos que trabajan en supermercados o fuera de casa por fuerza mayor, o en aquellos que han tenido que cerrar su pequeña empresa o se han quedado sin trabajo. Necesitamos los recursos para todos ellos. Y esto está en manos de los gobiernos. Para que el barco no se hunda.

No es momento de criticar porque tampoco se sabe cuál es la solución, pero sí es momento de que el gobierno, la monarquía y grandes empresarios sean solidario. Y por supuesto, después está en manos de todos y cada uno de nosotros ser responsables y acatar las normas. Quédate en casa. No hay soluciones correctas, pero por lo menos hay otros países que han podido frenar los contagios. Tomemos ejemplo. Mucho ánimo y mucha suerte.